gerove
Junior Member
Hello guys !
Someone here can help me to translate the following text from Spanish to English, please ??
This is a document before Rolando Pelizza mets Ettore Majorana in a Monastery in Italy.
Basically you can find more information here:
www.ilsegretodimajorana.it
web.archive.org
BOOKS
www.libreriauniversitaria.it
EVIDENCE (youtube video)
**THE FOLLOWING WAS EDITED FOR ENGLISH** By Wind7 (Go to Post # 3 below)
Ettore Majorana 26-2-1962
NUEVA “TEORIA GENERAL DE LOS EXPONENTES”
ENERGÍA ELEMENTAL
1) Para cada una de sus creaciones, la Naturaleza ha elegido la forma geométrica de la esfera como la más perfecta y armoniosa.
2) En la esfera infinita del hiperespacio
sólo hay dos grandes fuerzas iguales y opuestas: la Fuerza CENTRÍFUGA que anima el ESPACIO y tiene un desarrollo macroscópico hacia el exterior y la Fuerza CENTRIPETA del TIEMPO que es en cambio absorbente, magnética con acción de orden céntrico.
3) La fuerza centrífuga del Espacio se expresa con líneas de carácter atérmico; no es físico y se propaga al cero absoluto (-273,13°C).
4) Las líneas de fuerza del Espacio son la explosión esencial de órdenes direccionales tridimensionales (hiperespacio) a la mayor velocidad continua existente en el Universo. (Velocidad psíquica).
5) Hay tres velocidades universales:
A) Velocidad psíquica que es la que se produce continuamente en el cero absoluto; esta es la velocidad de la extensión de los órdenes espaciales, la velocidad del pensamiento y la espiritualidad humana.
B) La velocidad cósmica alterna que es la de desplazamiento de la unidad física del Espacio-Tiempo y que implica la mayor energía térmica, que pierde casi en su totalidad en su curso reaccionario, reduciéndola al mínimo concebible.
C) Velocidad física que es la de los fotones que en su carrera alterna transportan fotones ya a un grado Celsius de calor físico por encima del cero absoluto. (-272,13°C)
6) El espacio-movimiento es igual al tiempo-movimiento, pero con orden direccional inverso.
7) Las dos fuerzas del Espacio y del Tiempo, siendo de igual intensidad y opuestas, se anularían si no actuaran en dos tiempos diferentes y alternos, uno del Espacio físico y otro del Tiempo presente.
El ciclo alterno del movimiento espacio y del tiempo representa la medida de la unidad de espacio físico, la unidad de tiempo presente, la unidad de energía elemental y la unidad de velocidad cósmica alterna.
9) En el momento centrípeto del tiempo presente se produce la absorción en el centro de toda una gama de unidades físicas espaciales que se concentran en un solo punto, donde se detienen las velocidades direccionales únicas.
10) En este momento de detención en el punto céntrico de convergencia general de los diversos órdenes se genera la primera unidad de calor elemental, de luz cósmica o plasma con energía elemental. A esta primera unidad del espacio físico la llamé "EXPONENTE ELEMENTAL" y representa LA ÚLTIMA PARTÍCULA INDIVISIBLE DE LA MATERIA FÍSICA.
11) LA ENERGÍA ELEMENTAL ES ENTONCES SÓLO LA TRANSFORMACIÓN DE LA VELOCIDAD DE DIVERSOS ÓRDENES DIRECCIONALES TRANSMITIDOS Y
PARADOS EN UN SOLO PUNTO CENTRICO.
12) Cada exponente elemental vive en su propio campo aislado de otros campos vecinos por la LEY DEL AISLAMIENTO ESPACIAL que he descubierto, por la cual cada unidad de espacio queda separada de cualquier otra unidad debido al campo que es negativo para todos.
13) Cada exponente elemental tiene dos movimientos: uno de traslación, uno de rotación alrededor de su eje ideal.
El movimiento de traslación tiene lugar a una velocidad cósmica. El movimiento de rotación, mientras responde a esta velocidad, se crea cuando el movimiento de traslación deja de componerse en energía termo-física estática.
14) Cada exponente elemental tiene su propio orden directivo cromático inmutable que especifica su carácter cromático de luz.
15) Las cuatro direcciones principales
están representados por los cuatro colores elementales que se revelan como la luz Roja y Azul en el plano vertical neutro superior e interior. Amarillo e índigo en el plano horizontal derecho positivo y negativo a la izquierda.
Los órdenes direccionales intermedios están representados por los cuatro colores complementarios: Violeta, Neutro, Naranja, Verde. todos unidos, constituyen la base de la “cromólisis” universal.
16) EL EXPONENTE ELEMENTAL
TERMOFÍSICO RECIBE DEL ESPACIO
ATERMICO Y AFÍSICO (NO FISICO) UN IMPULSO DE REACCIÓN FORMIDABLE QUE LO OBLIGA A LA VELOCIDAD CÓSMICA, APAGANDO CASI TOTALMENTE SU ENERGÍA TÉRMICA. TODA CREACIÓN FÍSICA DE LA NATURALEZA ESTÁ SUJETA A ESTA FUERZA DE REACCIÓN A LA QUE HE LLAMADO "POTENCIA CERO".
17) La Energía elemental da como resultado líneas de fuerza dinámicas trasnacionales porque es propulsado por la reacción ambiental de la potencia cero.
18) LA ENERGÍA ELEMENTAL AL CONVERTIRSE EN PURA VELOCIDAD CÓSMICA, PIERDE CASI TOTALMENTE SU POTENCIA TÉRMICA SUPERLATIVA Y SU INTEGRIDAD DE LUZ ENERGOTÉRMICA VOLVERÁ INTACTA CADA VEZ QUE SE DETENGA SU MOVIMIENTO TRASLADOR Y EN EL MOMENTO DE LA PARADA TOTAL LA VELOCIDAD SE CAMBIARÁ A MOVIMIENTO ROTATIVO.
19) Para conservar la energía termo-física
en estado de energía estática, habrá que oponer a su orden direccional otros órdenes opuestos.
20) Más "cuantos" de energía elemental estática unida en clara oposición reducen la velocidad cósmica en velocidad física.
21) CUANTO MAYOR SEA EL NÚMERO DE EXPONENTES DE ENERGÍA EN UN COMPLEJO FÍSICO, MENOR SERÁ LA VELOCIDAD Y LA ACCIÓN DIRECTA DE LA ENERGÍA ELEMENTAL QUE SE OCULTA COMO PROGRESO DEL COMPLEJO FÍSICO.
22) Toda materia física está compuesta por valores exponenciales de energía de varios órdenes direccionales y cada orden mínimo tiene las siguientes características constantes:
1)dirección inmutable
2)color de luz particular
3)propia velocidad
4)temperatura constante y particular.
23) Las asociaciones exponenciales con plantean toda la serie atómica y en los átomos individuales sólo se manifiestan dos fuerzas psíquicas: la nuclear centrípeta y la electrónica centrífuga.
Los electrones, al no poder escapar de su campo magnético centrípeto, se dislocan en un movimiento de traslación alrededor del núcleo, girando alrededor de sí mismos en un movimiento de espín.
Estos dos movimientos no encuentran ningún obstáculo que los pueda obstaculizar y, por lo tanto, la energía térmica es mínima. Al detener estos dos movimientos electrónicos y el protónico, la energía térmica reaparece con su luz.
24) Cuando la estructura atómica está saturada con electrones, protones y neutrones, la fuerza del movimiento céntrico se ralentiza a favor del movimiento excéntrico, por lo tanto, la disminución de la fuerza magnética permite colisiones continuas entre los diversos electrones, protones y neutrones y, a partir de estas colisiones se generan nuevos exponentes de orden horizontal derecha e izquierda y otros neutros de orden vertical que, debido al alto grado de calor físico, brotan del átomo en una radiación de carácter radiactivo con emisión de rayos : a B y.
25) A partir del mecanismo natural de reversión de los órdenes temporales en órdenes espaciales, la energía se traduce en líneas de fuerza de traslación y puede realizar trabajo. Las velocidades de parada más altas se traducen en alta energía térmica y luz física.
26) Contrariamente a lo que se ha creído.
hasta ahora, por reacción, LAS VELOCIDADES MÁS ALTAS POSEEN EL GRADO MÍNIMO DE CALOR (justo por encima del cero absoluto). Y por lo tanto, las velocidades mínimas de movimiento poseen el mayor grado y energía térmica.
27) En consecuencia, precisamente en el momento de la detención de los diversos órdenes direccionales del espacio existe el potencial más alto de energía térmica, el calor y la velocidad son, por tanto, expresiones de manifestaciones físicas indirectamente proporcionales.
28) Al disminuir la velocidad, el calor se recupera hasta lograr el calor original de la creación en la parada estática céntrica de muchas velocidades.
29) En el instante en que todos los órdenes de velocidades se detienen en un punto céntrico se crea el fenómeno de energía, luz física y plasma y en el punto céntrico neutro se especifica ESE PRINCIPIO NEUTRO DE DISPARIDAD DE LA CREACIÓN FÍSICA que descubrí.
30) Dado que el principio de la luz física
descansa esencialmente en las velocidades de parada, no es precisamente científico definirlo como un fenómeno electromagnético.
CONCLUSIONES: a partir de todos estos principios fundamentales de mi “nueva teoría general los de Exponentes Elementales", creo que el medio más adecuado para obtener Energía es el magnético, es decir, hacer que convergen en el centro las órdenes direccionales existentes en la esfera, obligando a las velocidades únicas a detenerse en un punto central neutro, donde, por un momento, la energía elemental se compondrá por síntesis, siempre que se respeten los impulsos alternos.
Es necesario que los impulsos electromagnéticos estén orientados desde todos los puntos de la esfera hacia el centro, que representa ese punto de impacto necesario para bloquear todas las velocidades direccionales en un solo instante para convertirlas en Energía Elemental obteniendo el plasma cósmico deseado.
El Prof. Luigi Fantappie, con su "Teoría unitaria del mundo físico y biológico", ha solicitado importantes observaciones y consideraciones respecto a la investigación experimental sobre la energía elemental y sus desarrollos.
Este postulado suyo, que comparto plenamente, como lo demuestra mi "Teoría General de los Exponentes", afirma de hecho que "todas las verdaderas leyes de la naturaleza son simétricas con respecto a las dos direcciones del tiempo y que todos los fenómenos del universo están formados por ondas esféricas que, debido a dicha simetría, pueden ser no sólo divergentes (fenómenos entrópicos) como los comúnmente observados, sino también convergentes (fenómenos sintrópicos) que son los sustancialmente nuevos que se descubren. La energía elemental impregna todo el universo , como se ha observado, porque todos sus elementos, ninguno excluido, se combinan para formarlo.
Sin esta fuerza viva, de hecho, el universo no existiría, por lo que parece imposible poder componer energía elemental por síntesis, obteniendo el plasma cósmico sin reproducir fielmente los elementos que contribuyen a formarlo y el comportamiento mismo de la naturaleza.
Crear energía, o como se dice en física, la capacidad de un cuerpo para producir trabajo, ha sido siempre una necesidad del hombre, la cual queda muy bien satisfecha con el descubrimiento empírico de la energía eléctrica y los medios mecánicos para producirla.
Sin embargo, teniendo en cuenta que para algunos isótopos de elementos con un número atómico más alto, como el uranio, el torio, el actinio, etc., la radioactividad se produjo espontáneamente, lo que es, de hecho, un complejo de fenómenos naturales vinculados a la 'inestabilidad de algunos núcleos del átomo'., la ciencia pensó que podía obtener radiactividad artificialmente provocándola mediante el bombardeo de partículas en los núcleos. Lo cual sucedía regularmente en las pilas atómicas y, posteriormente, en los aceleradores de iones.
El antiguo sueño de los alquimistas de transformar un elemento en otro se hizo realidad cuando los descubrimientos de las sustancias radiactivas tomaron una nueva forma y dirección en 1919 por parte de D. Rutherford quien, bombardeando el nitrógeno con partículas alfa emitidas por el radio, obtuvo hidrógeno y oxígeno. En su camino, en 1930, los alemanes Bothe y Becker comprobaron que bombardeando metales ligeros como el boro, el litio, el berilo, con los rayos alfa del polonio, se obtiene una radiación muy penetrante.
En 1932 los esposos I. Curie y E. Joliot notaron que esta radiación penetrante, con sustancias pendulares como, por ejemplo, la parafina, expulsaba protones con gran energía cinética y, todavía en el mismo año, J. Chadwick logró establecer cómo esta la radiación la daban los protones sin carga eléctrica, es decir, los neutrones, y precisamente porque sin carga eléctrica y por tanto dotados de gran masa en pequeño volumen, los neutrones tienen un poder de penetración tan elevado; y, de hecho, con los neutrones era posible alcanzar y penetrar el interior de núcleos pesados que siempre habían resistido bombardeos con partículas cargadas positivamente.
Después de que Curie y Joliot obtuvieran los elementos radiactivos de boro, magnesio y aluminio en 1934 bombardeándolos, Enrico Fermi obtuvo sustancias radiactivas artificiales bombardeando el pesado núcleo de uranio con neutrones ralentizados por sucesivas colisiones contra núcleos de hidrógeno normal, pero fue más tarde los alemanes O. Hahn y F. Strassman quien en 1938 descubrió que bombardeando uranio con neutrones se obtenía un isótopo en bario.
Como consecuencia de esto, C. R. Frisch e
L. Meitner, colaboradores del físico danés Njels Bohr, enunciaron la hipótesis de que la absorción de un neutrón por el núcleo de uranio podía provocar la división en dos fragmentos casi iguales con liberación de gran cantidad de energía; y. Enrico Fermi, compartiendo el comunicado, a su vez emitió la hipótesis de que durante el desdoblamiento se lanzaron neutrones, lo que implícitamente admitía la posibilidad de una reacción en cadena; un átomo golpeado por un neutrón lo absorbe, se descompone y emite otros neutrones que golpean otros núcleos que repiten la absorción, división, emisión de otros neutrones y así sucesivamente.
Sin querer recordar todas las febriles investigaciones que tuvieron lugar en 1939/40 y que lamentablemente condujeron, junto con otros descubrimientos, a la construcción de la bomba atómica, cabe mencionar que desde 1905 Albert Einstein predijo que enormes cantidades de energía podrían ser desarrolladas por un cataclismo interno del átomo, rompiendo que una parte de su materia, desapareciendo, se transformaría en energía, con una proporción igual al cuadrado de la velocidad de la luz.
De su ecuación se deduce pues que la desaparición de un gramo de materia se compensa con la producción de 25 millones de kWh. de energía equivalente al calor que pueden desarrollar 2.700 toneladas de carbón.
Si por un lado el progreso de la ciencia en este campo puede parecer un buen augurio para la humanidad, hay que señalar la grave violencia que el hombre ejerce sobre la naturaleza sin tener en cuenta las gravísimas consecuencias que de ella se pueden derivar.
Los átomos de los diferentes elementos físicos representan las células de la sustancia cósmica y están todos formados por los mismos corpúsculos elementales agrupados de diversas formas.
El criterio unitario que subyace en la creación hace que el átomo, como nos lo representa idealmente Niels Bohr (el modelo de Bohr), se forme como un minúsculo sistema planetario, con un diámetro equivalente a aproximadamente 10 billonésimas de centímetro.
El sol de este sistema es el núcleo atómico, muy compacto y pesado (contiene prácticamente toda la masa del sistema) formado por protones y neutrones, alrededor de los cuales giran, como los planetas alrededor del sol, uno o más electrones, corpúsculos de insignificantes masa, cada uno con una carga negativa.
Incluso si consideramos el tamaño infinitesimal del átomo en comparación con el sistema planetario, violar el átomo para dividir su núcleo es, en términos cosmogónicos, como bombardear el sistema planetario para crear un cataclismo dentro del sol. La energía elemental contenida en un átomo es fuerza viva como fuerza viva es la de una célula del organismo humano. Por tanto, si consideramos la reacción en cadena que produce el bombardeo de un núcleo en otros núcleos asociados que constituyen las células de la materia física, el bombardeo del átomo es comparable a la violencia ejercida artificialmente sobre una célula del cuerpo humano con elementos que determinan una cataclismo dentro de la propia célula que provoca la reacción en cadena en todas las demás células del organismo. Pero esto, por desgracia, no es un concepto que todos puedan entender fácilmente.
Mi "Teoría general de los exponentes" contiene la clave que permite al hombre de buena voluntad aprovechar el equilibrio y la simetría esférica de la naturaleza cósmica, explotando su energía elemental para producir, con máquinas adecuadas, energía térmica en una medida siempre adecuada a sus necesidades cada vez mayores.
Antes de enunciar mi teoría específica y formular (por separado) en torno a ella algunas sugerencias técnicas que sirvan de guía para la construcción del equipo adecuado para dicho logro, no parece fuera de lugar reportar algunos otros descubrimientos científicos interesantes y al reportar algunos de mis observaciones en relación con el mismo y los anteriores, para recoger algunos datos interesantes aunque elementales.
1) En 1932. C. D. Anderson, estudiando los rayos cósmicos con la cámara de niebla, descubrió el POSITRON que es una partícula elemental que se diferencia del electrón sólo por el signo de la carga eléctrica, positiva en lugar de negativa, por lo cual el electrón también proviene positivo, La vida del positrón en la materia es muy corta (unas pocas mil millonésimas de segundo): cuando se combina con un electrón negativo normal (Negatón) se transforma en dos rayos gamma. La emisión del positrón se ha observado recientemente también en los fenómenos radiactivos de algunos isótopos artificiales.
El descubrimiento del positrón es uno de los más interesantes porque lo ha utilizado F.O. Lawrence de la Universidad Berkeley en sus estudios de antimateria. Estos, de hecho, comprobaron experimentalmente en 1955, la existencia del ANTIPROTÓN, que es un protón con carga negativa en lugar de positiva.
Una propiedad característica del Antiprotón, ya señalada en los estudios sobre rayos cósmicos, es la de provocar la aniquilación de cualquier protón que encuentre (y de él mismo, al unirse íntimamente a él) con la emisión de la cantidad de energía correspondiente a la masa así creada, representada por dos rayos gamma E.O.
Lawrence, el 19 de octubre de 1955, anunció el descubrimiento del Antiprotón como un gran paso en la física moderna porque brindaba la posibilidad de fabricar artificialmente ANTIMATERIA, es decir, un círculo de ANTIHIDRÓGENO, constituido precisamente por un átomo y un Positrón.
El antiprotón, sin embargo, sólo puede producirse artificialmente en los más modernos “BEVATRONES” capaces de impartir energías del orden de al menos dos billones de electronvoltios a las partículas.
De hecho, los primeros experimentos se llevaron a cabo en el BEVATRONE de Brookhaven, cerca de Nueva York, que funciona desde 1952 y es el único que existe. Puede impartir energías del orden de varios miles de millones de electronvoltios a los corpúsculos electrificados. (de ahí el nombre de Bevatrone, de BeV, acrónimo de mil millones de electronvoltios) nunca logrado hasta ahora.
Las partículas se mantienen en una órbita aproximadamente circular por un campo magnético que aumenta lentamente.
En uno o varios puntos de la trayectoria están sometidos a la acción de un campo eléctrico que los acelera. El imán tiene un diámetro de 20 metros y pesa 4.000 toneladas. El descubrimiento experimental de la ANTIMATERIA constituiría y confirmaría; para los físicos, la prueba de la mecánica de los "quanta" según el cual para cada partícula del llamado universo "real", debe haber una partícula opuesta, de modo que a cada partícula material debe corresponder necesariamente una partícula antimaterial.
Por universo "real" debemos entender toda la materia que vemos a nuestro alrededor a simple vista o con los medios ópticos que nos ofrece la ciencia, que se denomina "materia regular o positivo".
Pero, lo opuesto a "materia regular y positiva" es "materia irregular y negativa" y no Antimateria que es diferente en sus propiedades atómicas, y significa "sustancia que tiene el poder de aniquilar la materia" como lo demuestra su existencia en la naturaleza del Antiprotón descubierto por Lawrence.
Más adelante trataré de demostrar que existe la materia negativa como existe la forma negativa de la electricidad.
Por el momento, me gustaría señalar que la materia tiene su opuesto en la "no materia", es decir, en una sustancia que no posee las propiedades fundamentales de la materia que son, en física, extensión y masa.
Materia es por tanto aquello que ocupa una porción de espacio y que por tanto posee una masa, es decir, una inercia, y está compuesta por muchas partículas o moléculas interpenetradas entre sí, con dimensiones del orden de una millonésima de milímetro. (la cantidad de moléculas contenidas en un gramo de materia es comparable a la cantidad de gramos de agua contenida en todos los océanos).
La "no materia", por otro lado, no ocupa una porción de espacio ni tiene masa. En consecuencia, ninguna de las otras propiedades que la física clásica atribuye a la materia: impenetrabilidad, divisibilidad, porosidad, compresibilidad, etc.
No se manifiesta en el espacio como la materia, sino en el tiempo y no es de naturaleza estática sino dinámica. No se caracteriza por el calor como la materia, es absolutamente atérmico.
No puede ser influenciado en modo alguno por los agentes atmosféricos que, por otra parte, pueden provocar una modificación física, química o fisiológica en el material.
Es por tanto un ente imponderable, eterno, inmutable, infinito y extremadamente dinámico , formado por ondas esféricas (como todo fenómeno del universo) que condiciona y equilibra todos los fenómenos naturales porque participe de ellos.
Es propiamente una sustancia psíquica, o mejor, "energía psíquica elemental", concepto que va más allá de las concepciones de la física clásica y esto explica la reticencia de los investigadores a concebirla.
Sin embargo, si ponemos nuestra mente por un momento en el principio de la "teoría unitaria del mundo físico y biológico" y reflexionamos sobre las células que componen los organismos de naturaleza humana, animal y vegetal , nos damos cuenta con relativa facilidad de que cada de ellos es "mente" porque elementos materiales e inmateriales contribuyen a su constitución, no es difícil, por analogía, concebir en los átomos que componen la materia física, así como la sustancia material también la concurrencia de sustancia inmaterial, es decir, de "energía psíquica elemental".
Si entonces reflexionamos sobre la razón humana que está formada por unidades energéticas psico-físicas que se explican, como todos sabemos, y nos detenemos en la espiritualidad y en la velocidad y el poder del pensamiento, no podemos dejar de admitir la existencia de una sustancia inmaterial, ósea de "energía psíquica elemental". Componente no sólo de la constitución de nuestras células sino también como base fundamental de nuestra existencia misma.
El descubrimiento de Lawrence del antiprotón, se puede constituir una prueba de la mecánica de los "cuantos", consuela aún más mis modestas reflexiones anteriores.
Si, en efecto, el efecto del choque de un antiprotón con un protón aleatoriamente encontrado provoca en este último la emisión de tanta energía debido a su masa provocando su aniquilación, es claro que sin energía psíquica elemental la materia no puede sobrevivir.
2) Con mi "Teoría General de los exponentes” , en orden a la ley de la gravedad y la del aislamiento espacial, expliqué: mi visión del universo según la cual desde el primer instante de reversión del estado espiritual en el físico-térmico, cada unidad fue impulsada por el espacio atérmico en direcciones particulares, convirtiéndose en las revelaciones de un orden cósmico constante.
También el espacio cósmico infinito actúa desde la matriz de órdenes directivas inteligentes , que inicia una nueva serie de procesos asociativos unitarios hasta asumir las características de la física, por saturación.
El movimiento psíquico presente en cada punto cósmico infinitesimal, en el momento absorbente magnético, atrae, desde los seis puntos cardinales diferentes, las unidades que se disponen alrededor del que actúa como núcleo dando lugar a un sistema progresivo en esferismo y regresivo en el movimiento de traslación basado en siete unidades aisladas de un campo de aislamiento espacial; fuerza dilatadora que actúa rítmicamente sobre el plano horizontal, neutralizando el poder absorbente de la fuerza gravitacional, actuando sobre el plano vertical y tendiendo a absorber otra unidad opuesta aislada. (vacío).
Estos dos movimientos rítmicos supremos de igual voluntad y poder pero opuestos, mantienen a todas las unidades de energía constantemente aisladas en estado asociativo para evitar cualquier contacto físico desintegrador (complejos unitarios y astrales).
Sólo debido a la fuerza de la gravedad y la fuerza incluso de los aislamientos espaciales, el estado de energía se puede conservar indefinidamente sin desintegrarse debido a la acción de la antigravedad. (vacío).
En otras palabras; toda presencia física sustancial está continuamente sujeta a las dos leyes de la gravitación y de contra-gravitación en forma alternada, y estas dos acciones rítmicas actuando con velocidad cósmica hacen que cada unidad de energía elemental mantenga continuamente su posición de separación de otra vida existente, ya sea que estén asociados en complejos unitarios o aislados, porque lo que sucede es consecuencia de dos fuerzas igualmente poderosas y rápidas aunque actúen en direcciones opuestas; es decir, por un momento la acción es gravitacional, por lo tanto magnética, pero en el siguiente momento la acción es opuesta: es decir, la del aislamiento espacial.
Estas dos fuerzas iguales y retrógradas, actuando sobre cada mínima presencia unitaria de energía termo-física, revisten por completo todo el universo cósmico, sometiéndolo al mantenimiento de espacios individuales de aislamiento. Por lo tanto, todo complejo astral, ya sea de dimensiones muy modestas o formidablemente grande como la galaxia más gigantesca, bajo estas dos leyes contrarias, puede tener su propio espacio de aislamiento de la misma manera que una sola
unidad de energía infinitesimal.
El descubrimiento de este principio de aislamiento espacial asume la importancia científica de otra ley universal que se ha manifestado en el curso de mi investigación: la de los órdenes directivos de las unidades de energía.
Estas dos leyes constituyen los dos pilares funcionales de toda la creación y sus diferentes dinámicas tienen el poder de la continuidad perenne sin fallar jamás, constituyendo las llaves que abren el libro de todo conocimiento de la concepción cósmica.
Para comprender toda la importancia de estas leyes que revisten todo el universo, desde la única unidad de energía hasta todo el complejo cósmico universal, basta, además, reflexionar sobre el comportamiento de las unidades mismas y sobre sus acciones y observar cómo actúan. Tienen su propio campo de protección inviolable.
La primera definición de gravedad dada por el hombre fue, de hecho, una simple observación: "Objetos que caen", hasta que Isaac Newton teorizó que la gravedad consiste en "Una masa que atrae a todas las demás masas" y especificó que una masa, al unirse a una mayor masa, aumenta la fuerza de atracción en esta.
Pero después de tres siglos, esta teoría fue desafiada sensacionalmente por Albert Einstein quien, en esencia, postuló que lo que Newton consideraba atracción gravitacional es, en cambio, fuerza libre que se mueve en un espacio curvo. De hecho, la teoría de Einstein establece que *Una masa provoca la curvatura del espacio. Otras masas se mueven en este espacio curvo":
Esta teoría nos da la imagen del comportamiento de las masas que se disponen en la periferia de un sistema asociativo pero no explica cómo se manifiesta la fuerza libre del movimiento en el espacio curvo de las masas nucleares; no tiene en cuenta las partículas elementales cuyas propiedades, como he tratado de explicar, son la temperatura y el color; ignora las influencias mecánicas y el comportamiento de los átomos y la fuerza magnética que preside la cohesión de los exponentes.
3) Weber en sus cuidadosos experimentos estaba convencido de que no es posible una separación real para obtener una división del magnetismo en sus dos polos.
Reduciendo un imán, comprobó que los dos polos se formaban siempre en las partes divididas y, por tanto, creía que el magnetismo no era más que un fenómeno eléctrico constante atribuible a la materia.
Incluso antes, Ampère declaró que no existe una diferencia esencial entre el magnetismo y una corriente eléctrica y que nunca se había revelado el magnetismo libre. Por lo tanto, creyó necesario declarar que los imanes elementales de Weber eran en realidad sólo pequeñas corrientes eléctricas.
Este abstruso problema físico, examinado en ese sentido, formó la convicción de que el magnetismo y la electricidad no eran más que una sola realidad física existente en la materia, con este principio erróneo, los estudiosos de los dos fenómenos aceptaron como verdadero el pensamiento de Weber y el de Ampère y la ciencia moderna continúan todavía en este error al confundir los dos fenómenos, que son bastante diferentes, aunque uno sea consecuencia del otro y viceversa.
Esta interpretación errónea no ha permitido a la ciencia oficial profundizar en los orígenes formativos de los dos fenómenos y por lo tanto se ha llegado a encontrar en la lógica imposibilidad de comprender cabalmente los fenómenos eléctrico y magnético vistos como dos manifestaciones diferentes, provenientes de una sola fuerza espiritual ( o psíquica) que fluye ahora verticalmente convirtiéndose en magnético, ahora horizontalmente convirtiéndose en corriente eléctrica.
Al querer continuar en un error de principio, es entonces difícil recuperar el conocimiento correcto de otros fenómenos secundarios derivados de otros fundamentales: por lo tanto, al reexaminar estos dos problemas por separado, para comprenderlos bien es necesario que nuestra mente no parta de preconceptos sino que busca la verdad física en una nueva investigación, desligándolos decididamente, aunque ambos, como ya he dicho, son consecuencia del otro.
Por magnetismo exponencial entendemos definir esa forma de cohesión que une los "exponentes", permitiendo la formación de materia.
La atracción que cada Exponente ejerce sobre otros u otro Exponente está determinada por la presencia de líneas de fuerza centrípeta insertadas en cada exponente recién creado, y estas líneas de fuerza centrípeta se deben exclusivamente a la circulación de las fuerzas espirituales del "*tiempo" que , como hemos podido observar, promueven una fuerza centrípeta que revela caracteres magnéticos.
Este orden de líneas tiene lugar en el plano vertical a diferencia de las líneas eléctricas y centrífugas que tienen lugar en un orden horizontal izquierdo y derecho.
En cada exponente se forman dos corrientes que divergen del centro hacia la izquierda o hacia la derecha, que se desahogan en la dirección de los dos polos convencionales, concretando verticalmente las mismas líneas de fuerza que antes se manifestaban como corriente centrífuga; habiendo llegado a los polos, se convierten en líneas que convergen hacia el centro ideal del Exponente elemental.
Las líneas convergentes son centrípetas con caracteres magnéticos.
Ahora bien, debemos considerar que los exponentes elementales no tienen todos el mismo orden direccional de revolución, cada orden y grado tiene sus propios exponentes los cuales rotarán constantemente en esa misma dirección a lo largo de su existencia.
Esta característica ha significado que cuando el polo magnético superior se encuentra con un polo magnético inferior, las dos corrientes neutrónicas se absorben y se unen recíprocamente debido al acercamiento de los dos campos; si, por el contrario, dos exponentes con polos iguales en el mismo eje de influencia se encuentran en oposición, se repelen espontáneamente.
Debido a estas características divisorias se generó la “fuerza del aislamiento espacial” y se crea la bipolaridad orgánica y la polaridad atómica en los cuerpos físicos.
Para presenciar un simple experimento de las fuerzas de atracción de los cuerpos, bastará con observar el comportamiento de dos trozos de madera colocados para flotar en un nivel de agua estancada: estos dos flotadores, si no están demasiado lejos el uno del otro, desarrollaran líneas de fuerza de atracción que los obliguen a unirse . Este sencillo experimento es suficiente para demostrar que los cuerpos sólidos desarrollan a su alrededor continuas emisiones de fuerzas de atracción que rara vez son identificables; las mismas fuerzas de simpatía y antipatía que se desarrollan en los seres vivos.
En este último caso el fenómeno se definirá como una manifestación psíquica del magnetismo animal (muy poco estudiado, además, por la ciencia oficial) regido por la posición angular del espacio.
LAS LÍNEAS DE FUERZA CENTRIPETA ES MAS FUERTE CUANTO MENOR ES EL NÚMERO DE EXPONENTES UNIDOS, Y CON EL PROGRESAR DE ELLOS LA FUERZA DE ATRACCIÓN DISMINUYE , A MAYOR MASA MENOR ATRACCIÓN:
Lo más importante de aclarar no es tanto la existencia de la fuerza de atracción de los cuerpos como la definición de la naturaleza de estas líneas de fuerza concentradas en todos los Exponentes de la creación.
Como primer argumento hay que reconocer que las fuerzas centrípetas se deben exclusivamente a la energía del "tiempo" y no del "espacio"; incluso si tienen un desarrollo continuo en el mismo. Queriendo esclarecer el origen de estas líneas de fuerza en un sentido filosófico, habría que decir que especifican el punto de partida de la Creación.
El punto ideal de la creación física está representado por la concentración de todas las líneas de fuerza del hiperespacio en las que todos los órdenes direccionales pueden estar contenidos en todos los grados longitudinales y latitudinales, todos enfocados en un solo punto llamado "punto creativo" o "Idea creativa".
Estas líneas espirituales de fuerza no pueden fusionarse en un todo estático, porque todas son opuestas en el sentido de la dirección; por tanto son explosiones de orden direccional lanzados al espacio. Las dos fuerzas espirituales de las Órdenes nacieron de la concentración y dilatación , que se alternan en mínimos momentos de tiempo.
Estas dos fuerzas, cuando están concentradas, son centrípetas y absorbentes, es decir, magnéticas, mientras que son centrífugas cuando se expanden, y en este caso asumen características de traslación denominadas "características eléctricas divergentes".
Cuando los órdenes direccionales de la esfera interespacial se concentran todos en un solo punto, en ese mismo punto y en ese mismo instante se genera la primera chispa de luz por la detención de las velocidades de las líneas espirituales de fuerza y para la concentración estática en un único punto de los órdenes direccionales del espacio.
Cada Exponente entra al "tiempo" en ese preciso instante en que nace y desde ese momento las fuerzas integrales del "tiempo" se insertan en su íntima estructura física de manera indeleble y eterna, grabando su carácter magnético y absorbente y en definitiva, el acto de nacimiento que se afecta como poder sobre la creación térmica y física.
4) Limitando ahora nuestra atención a la masa en la que vivimos, la tierra, recordemos que está rodeada por la atmósfera. Esta es una masa de aire que lo envuelve y que con la misma rueda participa en todos sus movimientos en el espacio exterior. Tiene una altura de más de 200 km. pero las capas de aire que lo componen se vuelven más raras a medida que aumenta la altura desde el nivel del mar: y esto mientras varía su composición.
Desde un punto de vista biológico, el aire es una mezcla de gases que respiramos 20,90% oxígeno: 70,18% nitrógeno; 0,94% de argón en volumen, indispensable para nuestra vida al menos en la proporción de 15% de oxígeno. Pero en el aire también hay dióxido de carbono, vapor de agua, ozono, trazas de hidrógeno, helio, criptón, xenón y, en la parte más baja y especialmente en los centros habitados e industriales, también amoníaco, nitratos, sulfuro de hidrógeno, ácido sulfúrico y polvo atmosférico ya que son las capas de aire que componen la atmósfera.
El polvo atmosférico es un complejo de corpúsculos que se hacen visibles en la trayectoria de los rayos de luz de un haz de luz solar que penetra en un ambiente oscuro a través de un agujero o hendidura formada por partículas extremadamente pequeñas de sustancias orgánicas y minerales. En las ciudades industriales el polvo es enorme. Se calcula que el polvo suspendido en la atmósfera sobre la ciudad de Milán pesa a razón de más de: 18 centígrados por cada metro cúbico de aire y que por tanto todo el material suspendido y volando sobre toda la ciudad alcanza el peso de varias toneladas.
Lo que se dice del aire se refiere a una zona de la atmósfera con una altura de 11 km. llamada troposfera cuya masa constituye las tres cuartas partes de la masa total de la atmósfera y es el teatro de los fenómenos meteorológicos ordinarios. Más arriba, en base a observaciones directas realizadas con globos, fenómenos lumínicos detectados, ascensos directos (Piccard hasta 16 km.; estudio de americanos a más de 21 km.),
se cree que la temperatura va disminuyendo con la altura y que los gases ordenarse de acuerdo a su densidad. En esta región llamada estratostera (entre 11 y 80 km de altura) y en la ionosfera (más de 80 km) habría, en la mezcla de gases atmosféricos, composiciones de nitrógeno, oxígeno e hidrógeno, pero ya a 100 km. alto el aire estaría compuesto casi exclusivamente de hidrógeno; con pequeñas cantidades de helio en estado de extrema rarefacción.
El aire puro, como todos los cuerpos tiene un peso, un litro de aire puro, a cero grados ya 760 mm. de presión, pesa gr. 1,2928, es decir 773 veces menos que el agua, según los cálculos de Galileo y Torricelli. La presión atmosférica es la acción del peso que ejerce el aire sobre los cuerpos. Esta acción se destaca con el barómetro. Esta presión equivale, a nivel del mar, al peso de una columna de mercurio de 76 cm de altura por cada cm. 2 de superficie, o al peso de una columna de agua m. 10.33.
Hidrógeno (H), llamado así desde
Lavoisier porque al arder en el aire genera agua, es el elemento más ligero y más extendido del universo. Su peso atómico es por tanto igual a 1, y constituye la unidad de medida para determinar el peso atómico de los demás elementos.
El núcleo del átomo de hidrógeno se compone entonces de un solo protón, con una masa aproximadamente igual a la masa de un solo protón o un solo neutrón que constituye el núcleo de los otros elementos y, de hecho, el número total de protones y neutrones en el núcleo de un elemento que determina el peso atómico del elemento en sí.
También para establecer el peso de las moléculas.
de un cuerpo debemos referirnos al peso de un átomo de hidrógeno, o mejor, a la decimosexta parte del peso de un átomo de oxígeno.
En el polvo atmosférico están por tanto presentes, en cantidades ingentes, partículas de sustancias orgánicas y minerales, todas con su peso, tanto errantes en estado libre como combinadas con otros elementos, como, por ejemplo, el carbono (C) un átomo atómico con peso de 12; que es el principal componente de todas las sustancias orgánicas y que en la atmósfera se encuentra en estado de dióxido de carbono: o silicio (Si), con un peso atómico de 28,3, también metaloide de la familia del carbono, que forma parte de muchos compuestos naturales; o el hierro (Fe) de peso atómico 55,84 que se encuentra en estado bicarbonato y también en combinación con oxígeno y azufre. De un mismo elemento pueden existir diferentes variantes (isótopos) caracterizadas por diferente número de neutrones (por lo tanto de diferente peso atómico), mientras que el número de protones es constante para todos los isótopos de un mismo elemento y determina sus características químicas.
Dado que el protón es una partícula eléctricamente positiva, mientras que el neutrón es (como sugiere su nombre) eléctricamente neutro, el núcleo de un elemento tiene una carga positiva igual al número de protones (número atómico) multiplicado por la carga elemental del protón. Los protones y neutrones del núcleo están íntimamente ligados entre sí por las llamadas "fuerzas nucleares" ligadas a la existencia en el núcleo de un tercer tipo de partículas, los mesones, de masa despreciable .
Alrededor del núcleo positivo, como los planetas giran alrededor del sol -como dijimos- los electrones negativos, de masa muy pequeña: la carga de cada electrón es igual en valor a la carga positiva del protón, de modo que para los átomos neutros (no ionizado): el número de electrones es igual al número de protones en el núcleo, por lo tanto al número atómico del electrón.
El conjunto de trayectorias de los electrones constituye la corona: hay electrones internos que viajan por trayectorias muy próximas al núcleo, electrones externos que giran relativamente más lejos: el comportamiento del átomo frente a los rayos X está ligado a los primeros, estos últimos lejos dependen más específicamente de propiedades químicas y espectrográficas, coeficiente de expansión, conductividad térmica y eléctrica, propiedades magnéticas y no atómicas (compresibilidad
dureza, etc..)
La importancia de los electrones más externos
se debe al hecho de que su vínculo con el núcleo es bastante débil, y por lo tanto no pueden ser arrancados de su órbita con ninguna facilidad.
El núcleo de los átomos es generalmente muy estable también porque está defendido de influencias externas por la corona de electrones: para superar esta zona cargada eléctricamente es necesario utilizar proyectiles neutros (por ejemplo, los propios neutrones liberados por otros núcleos particularmente adecuados) o proyectiles lo suficientemente rápidos para vencer los intensos campos eléctricos de la corona (por ejemplo, electrones, o más bien protones proyectados por los llamados aceleradores de iones).
Llegando al núcleo con estas partículas se puede romper, obteniendo dos o más elementos diferentes. Este fenómeno, llamado "fisión nuclear", suele ir acompañado del desarrollo de energía nuclear en forma de radiación de ondas electromagnéticas, o proyecciones violentas de partículas pesadas, generalmente heliones. Las reacciones nucleares con desarrollo de energía pueden ocurrir espontáneamente en algunos átomos particularmente inestables o en isótopos inestables de elementos normales.
Algunos físicos han admitido una identidad entre los corpúsculos electrificados y las ondas electromagnéticas y han hablado de electrones que se mueven en un espacio de 6 o más dimensiones, y de electrones que tienen energía cinética negativa.
He recopilado todos los datos anteriores, aunque prolijamente descritos y en parte ahora de conocimiento común, para ilustrar mejor mi idea sobre la posibilidad de explotar el equilibrio y la simetría de la naturaleza cósmica sin violar ninguna ley física, valiéndome también de experiencia experimental de los resultados alcanzados en campo nuclear por la física moderna, con el fin de crear; sin perjuicio para la humanidad la energía necesaria para sus necesidades actuales.
Por tanto, excluyendo a priori cualquier sistema que suponga, con reacciones nucleares en cadena, daños incalculables para la humanidad presente y futura, especialmente en lo que se refiere a los efectos de la radiactividad, he tratado de encontrar la solución, tanto para evitar el bombardeo directo del núcleo como para evitar , para alcanzarlo, la superación de las fuertes barreras protectoras constituidas por los intensos campos eléctricos de la corona atómica.
El principal problema que me planteé fue, pues, el de desatar el átomo, obviamente teniendo en cuenta que todo lo que une firmemente la materia es el poder magnético centrípeto.
Por lo tanto, este resultado solo puede lograrse a condición de poder cancelar la fuerza de gravedad y el aislamiento espacial de los exponentes que provocan la desintegración de la unidad de energía contenida en ellos y, para lograr esto, es necesario crear la desorientación de los órdenes directivos exponenciales.
Primero hay que tener disponible la materia prima, es decir, las partículas sobre las que se puede ejercer una acción antigravedad (es decir, anular su peso atómico) transformando así la propia materia, de regular o positiva a irregular o negativa (impropiamente llamada por alguien también "antimateria") y no importa si dichas partículas pertenecen a uno u otro elemento. Como se señaló anteriormente, estos existen en cantidades enormes en el polvo atmosférico, por lo que no es difícil aislar una cierta cantidad en un recipiente adecuado.
En cambio, será necesario que el propio contenedor tenga una forma casi esférica, en cuyo centro perfecto, una máquina antigravedad especial pueda actuar de tal manera que calibre el punto microscópico de gravedad cero en relación con el peso atómico del elemento elegido.
El contenedor constituido por un campo gravitacional y un campo magnético cuyas líneas se desarrollan en dirección vertical y, evidentemente, divergen del punto "cero" hacia los polos norte y sur de la esfera) y nuevamente por un campo eléctrico cuyas líneas se desarrollan en el plano horizontal de forma convergente con el punto de divergencia de las líneas de los otros dos campos. Es decir al contrario, esencialmente, de lo que sucede en los movimientos rítmicos normales de los exponentes.
El ligero remolino de las partículas contenidas dentro de los campos, en el período de estasis del campo eléctrico, hace que algunas partículas sean atraídas al punto de gravedad cero, deteniendo instantáneamente su movimiento y expulsando la energía elemental contenida en ellas.
En este punto, habiendo privado a esas partículas de su carga eléctrica, hemos obtenido MATERIA NEGATIVA (que es diferente en sus propiedades atómicas como ya se ha dicho de la antimateria deseada por Lawrence.
Calibrando adecuadamente el punto de gravedad cero, como ya hemos visto, podemos maniobrar la materia positiva para transformarla en materia negativa pero no seríamos capaces de empujar la materia negativa fuera del punto de gravedad cero porque tendería a volver al punto.
Esta observación demuestra que la materia negativa, cuando es estimulada, produce y manifiesta energía negativa que puede usarse como fuerza antigravitacional .
Es en virtud de esta energía negativa que las partículas de materia negativa se cohesionan entre sí y atraen hacia sí otros átomos de materia negativa mientras repelen los de cualquier otra materia regular. Un campo gravitatorio negativo, es decir, formado por energía negativa emitida por materia negativa, puede por tanto utilizarse como propulsión gravitatoria.
Sin embargo, se ha observado que, para que la materia negativa produzca su energía, es necesario solicitar su movimiento de traslación dentro de la esfera generadora a partir del punto de gravedad cero.
El extraordinario poder de penetración de los neutrones es bien conocido y por tanto es imaginable qué fuerza de propulsión gravitatoria podría emitir la materia negativa que explicaría la reacción del sistema ideado.
Pero la producción de materia negativa debe estar inteligentemente dosificada cuando vamos a poner en funcionamiento nuestro reactor.
Por tanto, será necesario respetar los tiempos corrientes entre la calibración del punto de gravedad cero de la máquina generadora y la puesta en funcionamiento del campo eléctrico que suministrará a la materia negativa el empuje necesario para su movimiento.
El violento choque eléctrico ejercido sobre la materia negativa creará un movimiento subatómico por el cual las partículas proyectadas serán inducidas a seguir las líneas verticales divergentes de los campos magnético y gravitacional.
Los átomos de materia negativa atraerán a otros átomos de materia negativa que contribuirán, en fila india, con su carga de energía negativa a aumentar su empuje y por tanto la velocidad de la reacción hasta encontrar la salida de la máquina generadora, compuesta de un conducto horizontal que dirigirá el haz de partículas así acelerado hacia el objetivo deseado, en línea recta, a la velocidad de la luz y a una distancia proporcionada a la potencia y calidad del impulso eléctrico adoptado.
De no ser así, el reactor se autodestruiría por saturación ya que la reacción entre materia regular y materia negativa sólo puede agotarse por impacto contra un blanco compuesto por su propio elemento o por saturación. De hecho, el haz atravesará, sin daño alguno, cualquier objeto o materia que encuentre en su camino a cuya composición no haya contribuido su propio elemento.
El impacto del rayo contra el blanco programado podría provocar la fusión o vaporización del material golpeado debido al calor desarrollado. Sin embargo, la cantidad de calor que se puede desarrollar es ajustable limitando el poder de la energía negativa controlando su producción.
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Majorana Pelizza – IL FUTURO NEGATO

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EVIDENCE (youtube video)
**THE FOLLOWING WAS EDITED FOR ENGLISH** By Wind7 (Go to Post # 3 below)
Ettore Majorana 26-2-1962
NUEVA “TEORIA GENERAL DE LOS EXPONENTES”
ENERGÍA ELEMENTAL
1) Para cada una de sus creaciones, la Naturaleza ha elegido la forma geométrica de la esfera como la más perfecta y armoniosa.
2) En la esfera infinita del hiperespacio
sólo hay dos grandes fuerzas iguales y opuestas: la Fuerza CENTRÍFUGA que anima el ESPACIO y tiene un desarrollo macroscópico hacia el exterior y la Fuerza CENTRIPETA del TIEMPO que es en cambio absorbente, magnética con acción de orden céntrico.
3) La fuerza centrífuga del Espacio se expresa con líneas de carácter atérmico; no es físico y se propaga al cero absoluto (-273,13°C).
4) Las líneas de fuerza del Espacio son la explosión esencial de órdenes direccionales tridimensionales (hiperespacio) a la mayor velocidad continua existente en el Universo. (Velocidad psíquica).
5) Hay tres velocidades universales:
A) Velocidad psíquica que es la que se produce continuamente en el cero absoluto; esta es la velocidad de la extensión de los órdenes espaciales, la velocidad del pensamiento y la espiritualidad humana.
B) La velocidad cósmica alterna que es la de desplazamiento de la unidad física del Espacio-Tiempo y que implica la mayor energía térmica, que pierde casi en su totalidad en su curso reaccionario, reduciéndola al mínimo concebible.
C) Velocidad física que es la de los fotones que en su carrera alterna transportan fotones ya a un grado Celsius de calor físico por encima del cero absoluto. (-272,13°C)
6) El espacio-movimiento es igual al tiempo-movimiento, pero con orden direccional inverso.
7) Las dos fuerzas del Espacio y del Tiempo, siendo de igual intensidad y opuestas, se anularían si no actuaran en dos tiempos diferentes y alternos, uno del Espacio físico y otro del Tiempo presente.
El ciclo alterno del movimiento espacio y del tiempo representa la medida de la unidad de espacio físico, la unidad de tiempo presente, la unidad de energía elemental y la unidad de velocidad cósmica alterna.
9) En el momento centrípeto del tiempo presente se produce la absorción en el centro de toda una gama de unidades físicas espaciales que se concentran en un solo punto, donde se detienen las velocidades direccionales únicas.
10) En este momento de detención en el punto céntrico de convergencia general de los diversos órdenes se genera la primera unidad de calor elemental, de luz cósmica o plasma con energía elemental. A esta primera unidad del espacio físico la llamé "EXPONENTE ELEMENTAL" y representa LA ÚLTIMA PARTÍCULA INDIVISIBLE DE LA MATERIA FÍSICA.
11) LA ENERGÍA ELEMENTAL ES ENTONCES SÓLO LA TRANSFORMACIÓN DE LA VELOCIDAD DE DIVERSOS ÓRDENES DIRECCIONALES TRANSMITIDOS Y
PARADOS EN UN SOLO PUNTO CENTRICO.
12) Cada exponente elemental vive en su propio campo aislado de otros campos vecinos por la LEY DEL AISLAMIENTO ESPACIAL que he descubierto, por la cual cada unidad de espacio queda separada de cualquier otra unidad debido al campo que es negativo para todos.
13) Cada exponente elemental tiene dos movimientos: uno de traslación, uno de rotación alrededor de su eje ideal.
El movimiento de traslación tiene lugar a una velocidad cósmica. El movimiento de rotación, mientras responde a esta velocidad, se crea cuando el movimiento de traslación deja de componerse en energía termo-física estática.
14) Cada exponente elemental tiene su propio orden directivo cromático inmutable que especifica su carácter cromático de luz.
15) Las cuatro direcciones principales
están representados por los cuatro colores elementales que se revelan como la luz Roja y Azul en el plano vertical neutro superior e interior. Amarillo e índigo en el plano horizontal derecho positivo y negativo a la izquierda.
Los órdenes direccionales intermedios están representados por los cuatro colores complementarios: Violeta, Neutro, Naranja, Verde. todos unidos, constituyen la base de la “cromólisis” universal.
16) EL EXPONENTE ELEMENTAL
TERMOFÍSICO RECIBE DEL ESPACIO
ATERMICO Y AFÍSICO (NO FISICO) UN IMPULSO DE REACCIÓN FORMIDABLE QUE LO OBLIGA A LA VELOCIDAD CÓSMICA, APAGANDO CASI TOTALMENTE SU ENERGÍA TÉRMICA. TODA CREACIÓN FÍSICA DE LA NATURALEZA ESTÁ SUJETA A ESTA FUERZA DE REACCIÓN A LA QUE HE LLAMADO "POTENCIA CERO".
17) La Energía elemental da como resultado líneas de fuerza dinámicas trasnacionales porque es propulsado por la reacción ambiental de la potencia cero.
18) LA ENERGÍA ELEMENTAL AL CONVERTIRSE EN PURA VELOCIDAD CÓSMICA, PIERDE CASI TOTALMENTE SU POTENCIA TÉRMICA SUPERLATIVA Y SU INTEGRIDAD DE LUZ ENERGOTÉRMICA VOLVERÁ INTACTA CADA VEZ QUE SE DETENGA SU MOVIMIENTO TRASLADOR Y EN EL MOMENTO DE LA PARADA TOTAL LA VELOCIDAD SE CAMBIARÁ A MOVIMIENTO ROTATIVO.
19) Para conservar la energía termo-física
en estado de energía estática, habrá que oponer a su orden direccional otros órdenes opuestos.
20) Más "cuantos" de energía elemental estática unida en clara oposición reducen la velocidad cósmica en velocidad física.
21) CUANTO MAYOR SEA EL NÚMERO DE EXPONENTES DE ENERGÍA EN UN COMPLEJO FÍSICO, MENOR SERÁ LA VELOCIDAD Y LA ACCIÓN DIRECTA DE LA ENERGÍA ELEMENTAL QUE SE OCULTA COMO PROGRESO DEL COMPLEJO FÍSICO.
22) Toda materia física está compuesta por valores exponenciales de energía de varios órdenes direccionales y cada orden mínimo tiene las siguientes características constantes:
1)dirección inmutable
2)color de luz particular
3)propia velocidad
4)temperatura constante y particular.
23) Las asociaciones exponenciales con plantean toda la serie atómica y en los átomos individuales sólo se manifiestan dos fuerzas psíquicas: la nuclear centrípeta y la electrónica centrífuga.
Los electrones, al no poder escapar de su campo magnético centrípeto, se dislocan en un movimiento de traslación alrededor del núcleo, girando alrededor de sí mismos en un movimiento de espín.
Estos dos movimientos no encuentran ningún obstáculo que los pueda obstaculizar y, por lo tanto, la energía térmica es mínima. Al detener estos dos movimientos electrónicos y el protónico, la energía térmica reaparece con su luz.
24) Cuando la estructura atómica está saturada con electrones, protones y neutrones, la fuerza del movimiento céntrico se ralentiza a favor del movimiento excéntrico, por lo tanto, la disminución de la fuerza magnética permite colisiones continuas entre los diversos electrones, protones y neutrones y, a partir de estas colisiones se generan nuevos exponentes de orden horizontal derecha e izquierda y otros neutros de orden vertical que, debido al alto grado de calor físico, brotan del átomo en una radiación de carácter radiactivo con emisión de rayos : a B y.
25) A partir del mecanismo natural de reversión de los órdenes temporales en órdenes espaciales, la energía se traduce en líneas de fuerza de traslación y puede realizar trabajo. Las velocidades de parada más altas se traducen en alta energía térmica y luz física.
26) Contrariamente a lo que se ha creído.
hasta ahora, por reacción, LAS VELOCIDADES MÁS ALTAS POSEEN EL GRADO MÍNIMO DE CALOR (justo por encima del cero absoluto). Y por lo tanto, las velocidades mínimas de movimiento poseen el mayor grado y energía térmica.
27) En consecuencia, precisamente en el momento de la detención de los diversos órdenes direccionales del espacio existe el potencial más alto de energía térmica, el calor y la velocidad son, por tanto, expresiones de manifestaciones físicas indirectamente proporcionales.
28) Al disminuir la velocidad, el calor se recupera hasta lograr el calor original de la creación en la parada estática céntrica de muchas velocidades.
29) En el instante en que todos los órdenes de velocidades se detienen en un punto céntrico se crea el fenómeno de energía, luz física y plasma y en el punto céntrico neutro se especifica ESE PRINCIPIO NEUTRO DE DISPARIDAD DE LA CREACIÓN FÍSICA que descubrí.
30) Dado que el principio de la luz física
descansa esencialmente en las velocidades de parada, no es precisamente científico definirlo como un fenómeno electromagnético.
CONCLUSIONES: a partir de todos estos principios fundamentales de mi “nueva teoría general los de Exponentes Elementales", creo que el medio más adecuado para obtener Energía es el magnético, es decir, hacer que convergen en el centro las órdenes direccionales existentes en la esfera, obligando a las velocidades únicas a detenerse en un punto central neutro, donde, por un momento, la energía elemental se compondrá por síntesis, siempre que se respeten los impulsos alternos.
Es necesario que los impulsos electromagnéticos estén orientados desde todos los puntos de la esfera hacia el centro, que representa ese punto de impacto necesario para bloquear todas las velocidades direccionales en un solo instante para convertirlas en Energía Elemental obteniendo el plasma cósmico deseado.
El Prof. Luigi Fantappie, con su "Teoría unitaria del mundo físico y biológico", ha solicitado importantes observaciones y consideraciones respecto a la investigación experimental sobre la energía elemental y sus desarrollos.
Este postulado suyo, que comparto plenamente, como lo demuestra mi "Teoría General de los Exponentes", afirma de hecho que "todas las verdaderas leyes de la naturaleza son simétricas con respecto a las dos direcciones del tiempo y que todos los fenómenos del universo están formados por ondas esféricas que, debido a dicha simetría, pueden ser no sólo divergentes (fenómenos entrópicos) como los comúnmente observados, sino también convergentes (fenómenos sintrópicos) que son los sustancialmente nuevos que se descubren. La energía elemental impregna todo el universo , como se ha observado, porque todos sus elementos, ninguno excluido, se combinan para formarlo.
Sin esta fuerza viva, de hecho, el universo no existiría, por lo que parece imposible poder componer energía elemental por síntesis, obteniendo el plasma cósmico sin reproducir fielmente los elementos que contribuyen a formarlo y el comportamiento mismo de la naturaleza.
Crear energía, o como se dice en física, la capacidad de un cuerpo para producir trabajo, ha sido siempre una necesidad del hombre, la cual queda muy bien satisfecha con el descubrimiento empírico de la energía eléctrica y los medios mecánicos para producirla.
Sin embargo, teniendo en cuenta que para algunos isótopos de elementos con un número atómico más alto, como el uranio, el torio, el actinio, etc., la radioactividad se produjo espontáneamente, lo que es, de hecho, un complejo de fenómenos naturales vinculados a la 'inestabilidad de algunos núcleos del átomo'., la ciencia pensó que podía obtener radiactividad artificialmente provocándola mediante el bombardeo de partículas en los núcleos. Lo cual sucedía regularmente en las pilas atómicas y, posteriormente, en los aceleradores de iones.
El antiguo sueño de los alquimistas de transformar un elemento en otro se hizo realidad cuando los descubrimientos de las sustancias radiactivas tomaron una nueva forma y dirección en 1919 por parte de D. Rutherford quien, bombardeando el nitrógeno con partículas alfa emitidas por el radio, obtuvo hidrógeno y oxígeno. En su camino, en 1930, los alemanes Bothe y Becker comprobaron que bombardeando metales ligeros como el boro, el litio, el berilo, con los rayos alfa del polonio, se obtiene una radiación muy penetrante.
En 1932 los esposos I. Curie y E. Joliot notaron que esta radiación penetrante, con sustancias pendulares como, por ejemplo, la parafina, expulsaba protones con gran energía cinética y, todavía en el mismo año, J. Chadwick logró establecer cómo esta la radiación la daban los protones sin carga eléctrica, es decir, los neutrones, y precisamente porque sin carga eléctrica y por tanto dotados de gran masa en pequeño volumen, los neutrones tienen un poder de penetración tan elevado; y, de hecho, con los neutrones era posible alcanzar y penetrar el interior de núcleos pesados que siempre habían resistido bombardeos con partículas cargadas positivamente.
Después de que Curie y Joliot obtuvieran los elementos radiactivos de boro, magnesio y aluminio en 1934 bombardeándolos, Enrico Fermi obtuvo sustancias radiactivas artificiales bombardeando el pesado núcleo de uranio con neutrones ralentizados por sucesivas colisiones contra núcleos de hidrógeno normal, pero fue más tarde los alemanes O. Hahn y F. Strassman quien en 1938 descubrió que bombardeando uranio con neutrones se obtenía un isótopo en bario.
Como consecuencia de esto, C. R. Frisch e
L. Meitner, colaboradores del físico danés Njels Bohr, enunciaron la hipótesis de que la absorción de un neutrón por el núcleo de uranio podía provocar la división en dos fragmentos casi iguales con liberación de gran cantidad de energía; y. Enrico Fermi, compartiendo el comunicado, a su vez emitió la hipótesis de que durante el desdoblamiento se lanzaron neutrones, lo que implícitamente admitía la posibilidad de una reacción en cadena; un átomo golpeado por un neutrón lo absorbe, se descompone y emite otros neutrones que golpean otros núcleos que repiten la absorción, división, emisión de otros neutrones y así sucesivamente.
Sin querer recordar todas las febriles investigaciones que tuvieron lugar en 1939/40 y que lamentablemente condujeron, junto con otros descubrimientos, a la construcción de la bomba atómica, cabe mencionar que desde 1905 Albert Einstein predijo que enormes cantidades de energía podrían ser desarrolladas por un cataclismo interno del átomo, rompiendo que una parte de su materia, desapareciendo, se transformaría en energía, con una proporción igual al cuadrado de la velocidad de la luz.
De su ecuación se deduce pues que la desaparición de un gramo de materia se compensa con la producción de 25 millones de kWh. de energía equivalente al calor que pueden desarrollar 2.700 toneladas de carbón.
Si por un lado el progreso de la ciencia en este campo puede parecer un buen augurio para la humanidad, hay que señalar la grave violencia que el hombre ejerce sobre la naturaleza sin tener en cuenta las gravísimas consecuencias que de ella se pueden derivar.
Los átomos de los diferentes elementos físicos representan las células de la sustancia cósmica y están todos formados por los mismos corpúsculos elementales agrupados de diversas formas.
El criterio unitario que subyace en la creación hace que el átomo, como nos lo representa idealmente Niels Bohr (el modelo de Bohr), se forme como un minúsculo sistema planetario, con un diámetro equivalente a aproximadamente 10 billonésimas de centímetro.
El sol de este sistema es el núcleo atómico, muy compacto y pesado (contiene prácticamente toda la masa del sistema) formado por protones y neutrones, alrededor de los cuales giran, como los planetas alrededor del sol, uno o más electrones, corpúsculos de insignificantes masa, cada uno con una carga negativa.
Incluso si consideramos el tamaño infinitesimal del átomo en comparación con el sistema planetario, violar el átomo para dividir su núcleo es, en términos cosmogónicos, como bombardear el sistema planetario para crear un cataclismo dentro del sol. La energía elemental contenida en un átomo es fuerza viva como fuerza viva es la de una célula del organismo humano. Por tanto, si consideramos la reacción en cadena que produce el bombardeo de un núcleo en otros núcleos asociados que constituyen las células de la materia física, el bombardeo del átomo es comparable a la violencia ejercida artificialmente sobre una célula del cuerpo humano con elementos que determinan una cataclismo dentro de la propia célula que provoca la reacción en cadena en todas las demás células del organismo. Pero esto, por desgracia, no es un concepto que todos puedan entender fácilmente.
Mi "Teoría general de los exponentes" contiene la clave que permite al hombre de buena voluntad aprovechar el equilibrio y la simetría esférica de la naturaleza cósmica, explotando su energía elemental para producir, con máquinas adecuadas, energía térmica en una medida siempre adecuada a sus necesidades cada vez mayores.
Antes de enunciar mi teoría específica y formular (por separado) en torno a ella algunas sugerencias técnicas que sirvan de guía para la construcción del equipo adecuado para dicho logro, no parece fuera de lugar reportar algunos otros descubrimientos científicos interesantes y al reportar algunos de mis observaciones en relación con el mismo y los anteriores, para recoger algunos datos interesantes aunque elementales.
1) En 1932. C. D. Anderson, estudiando los rayos cósmicos con la cámara de niebla, descubrió el POSITRON que es una partícula elemental que se diferencia del electrón sólo por el signo de la carga eléctrica, positiva en lugar de negativa, por lo cual el electrón también proviene positivo, La vida del positrón en la materia es muy corta (unas pocas mil millonésimas de segundo): cuando se combina con un electrón negativo normal (Negatón) se transforma en dos rayos gamma. La emisión del positrón se ha observado recientemente también en los fenómenos radiactivos de algunos isótopos artificiales.
El descubrimiento del positrón es uno de los más interesantes porque lo ha utilizado F.O. Lawrence de la Universidad Berkeley en sus estudios de antimateria. Estos, de hecho, comprobaron experimentalmente en 1955, la existencia del ANTIPROTÓN, que es un protón con carga negativa en lugar de positiva.
Una propiedad característica del Antiprotón, ya señalada en los estudios sobre rayos cósmicos, es la de provocar la aniquilación de cualquier protón que encuentre (y de él mismo, al unirse íntimamente a él) con la emisión de la cantidad de energía correspondiente a la masa así creada, representada por dos rayos gamma E.O.
Lawrence, el 19 de octubre de 1955, anunció el descubrimiento del Antiprotón como un gran paso en la física moderna porque brindaba la posibilidad de fabricar artificialmente ANTIMATERIA, es decir, un círculo de ANTIHIDRÓGENO, constituido precisamente por un átomo y un Positrón.
El antiprotón, sin embargo, sólo puede producirse artificialmente en los más modernos “BEVATRONES” capaces de impartir energías del orden de al menos dos billones de electronvoltios a las partículas.
De hecho, los primeros experimentos se llevaron a cabo en el BEVATRONE de Brookhaven, cerca de Nueva York, que funciona desde 1952 y es el único que existe. Puede impartir energías del orden de varios miles de millones de electronvoltios a los corpúsculos electrificados. (de ahí el nombre de Bevatrone, de BeV, acrónimo de mil millones de electronvoltios) nunca logrado hasta ahora.
Las partículas se mantienen en una órbita aproximadamente circular por un campo magnético que aumenta lentamente.
En uno o varios puntos de la trayectoria están sometidos a la acción de un campo eléctrico que los acelera. El imán tiene un diámetro de 20 metros y pesa 4.000 toneladas. El descubrimiento experimental de la ANTIMATERIA constituiría y confirmaría; para los físicos, la prueba de la mecánica de los "quanta" según el cual para cada partícula del llamado universo "real", debe haber una partícula opuesta, de modo que a cada partícula material debe corresponder necesariamente una partícula antimaterial.
Por universo "real" debemos entender toda la materia que vemos a nuestro alrededor a simple vista o con los medios ópticos que nos ofrece la ciencia, que se denomina "materia regular o positivo".
Pero, lo opuesto a "materia regular y positiva" es "materia irregular y negativa" y no Antimateria que es diferente en sus propiedades atómicas, y significa "sustancia que tiene el poder de aniquilar la materia" como lo demuestra su existencia en la naturaleza del Antiprotón descubierto por Lawrence.
Más adelante trataré de demostrar que existe la materia negativa como existe la forma negativa de la electricidad.
Por el momento, me gustaría señalar que la materia tiene su opuesto en la "no materia", es decir, en una sustancia que no posee las propiedades fundamentales de la materia que son, en física, extensión y masa.
Materia es por tanto aquello que ocupa una porción de espacio y que por tanto posee una masa, es decir, una inercia, y está compuesta por muchas partículas o moléculas interpenetradas entre sí, con dimensiones del orden de una millonésima de milímetro. (la cantidad de moléculas contenidas en un gramo de materia es comparable a la cantidad de gramos de agua contenida en todos los océanos).
La "no materia", por otro lado, no ocupa una porción de espacio ni tiene masa. En consecuencia, ninguna de las otras propiedades que la física clásica atribuye a la materia: impenetrabilidad, divisibilidad, porosidad, compresibilidad, etc.
No se manifiesta en el espacio como la materia, sino en el tiempo y no es de naturaleza estática sino dinámica. No se caracteriza por el calor como la materia, es absolutamente atérmico.
No puede ser influenciado en modo alguno por los agentes atmosféricos que, por otra parte, pueden provocar una modificación física, química o fisiológica en el material.
Es por tanto un ente imponderable, eterno, inmutable, infinito y extremadamente dinámico , formado por ondas esféricas (como todo fenómeno del universo) que condiciona y equilibra todos los fenómenos naturales porque participe de ellos.
Es propiamente una sustancia psíquica, o mejor, "energía psíquica elemental", concepto que va más allá de las concepciones de la física clásica y esto explica la reticencia de los investigadores a concebirla.
Sin embargo, si ponemos nuestra mente por un momento en el principio de la "teoría unitaria del mundo físico y biológico" y reflexionamos sobre las células que componen los organismos de naturaleza humana, animal y vegetal , nos damos cuenta con relativa facilidad de que cada de ellos es "mente" porque elementos materiales e inmateriales contribuyen a su constitución, no es difícil, por analogía, concebir en los átomos que componen la materia física, así como la sustancia material también la concurrencia de sustancia inmaterial, es decir, de "energía psíquica elemental".
Si entonces reflexionamos sobre la razón humana que está formada por unidades energéticas psico-físicas que se explican, como todos sabemos, y nos detenemos en la espiritualidad y en la velocidad y el poder del pensamiento, no podemos dejar de admitir la existencia de una sustancia inmaterial, ósea de "energía psíquica elemental". Componente no sólo de la constitución de nuestras células sino también como base fundamental de nuestra existencia misma.
El descubrimiento de Lawrence del antiprotón, se puede constituir una prueba de la mecánica de los "cuantos", consuela aún más mis modestas reflexiones anteriores.
Si, en efecto, el efecto del choque de un antiprotón con un protón aleatoriamente encontrado provoca en este último la emisión de tanta energía debido a su masa provocando su aniquilación, es claro que sin energía psíquica elemental la materia no puede sobrevivir.
2) Con mi "Teoría General de los exponentes” , en orden a la ley de la gravedad y la del aislamiento espacial, expliqué: mi visión del universo según la cual desde el primer instante de reversión del estado espiritual en el físico-térmico, cada unidad fue impulsada por el espacio atérmico en direcciones particulares, convirtiéndose en las revelaciones de un orden cósmico constante.
También el espacio cósmico infinito actúa desde la matriz de órdenes directivas inteligentes , que inicia una nueva serie de procesos asociativos unitarios hasta asumir las características de la física, por saturación.
El movimiento psíquico presente en cada punto cósmico infinitesimal, en el momento absorbente magnético, atrae, desde los seis puntos cardinales diferentes, las unidades que se disponen alrededor del que actúa como núcleo dando lugar a un sistema progresivo en esferismo y regresivo en el movimiento de traslación basado en siete unidades aisladas de un campo de aislamiento espacial; fuerza dilatadora que actúa rítmicamente sobre el plano horizontal, neutralizando el poder absorbente de la fuerza gravitacional, actuando sobre el plano vertical y tendiendo a absorber otra unidad opuesta aislada. (vacío).
Estos dos movimientos rítmicos supremos de igual voluntad y poder pero opuestos, mantienen a todas las unidades de energía constantemente aisladas en estado asociativo para evitar cualquier contacto físico desintegrador (complejos unitarios y astrales).
Sólo debido a la fuerza de la gravedad y la fuerza incluso de los aislamientos espaciales, el estado de energía se puede conservar indefinidamente sin desintegrarse debido a la acción de la antigravedad. (vacío).
En otras palabras; toda presencia física sustancial está continuamente sujeta a las dos leyes de la gravitación y de contra-gravitación en forma alternada, y estas dos acciones rítmicas actuando con velocidad cósmica hacen que cada unidad de energía elemental mantenga continuamente su posición de separación de otra vida existente, ya sea que estén asociados en complejos unitarios o aislados, porque lo que sucede es consecuencia de dos fuerzas igualmente poderosas y rápidas aunque actúen en direcciones opuestas; es decir, por un momento la acción es gravitacional, por lo tanto magnética, pero en el siguiente momento la acción es opuesta: es decir, la del aislamiento espacial.
Estas dos fuerzas iguales y retrógradas, actuando sobre cada mínima presencia unitaria de energía termo-física, revisten por completo todo el universo cósmico, sometiéndolo al mantenimiento de espacios individuales de aislamiento. Por lo tanto, todo complejo astral, ya sea de dimensiones muy modestas o formidablemente grande como la galaxia más gigantesca, bajo estas dos leyes contrarias, puede tener su propio espacio de aislamiento de la misma manera que una sola
unidad de energía infinitesimal.
El descubrimiento de este principio de aislamiento espacial asume la importancia científica de otra ley universal que se ha manifestado en el curso de mi investigación: la de los órdenes directivos de las unidades de energía.
Estas dos leyes constituyen los dos pilares funcionales de toda la creación y sus diferentes dinámicas tienen el poder de la continuidad perenne sin fallar jamás, constituyendo las llaves que abren el libro de todo conocimiento de la concepción cósmica.
Para comprender toda la importancia de estas leyes que revisten todo el universo, desde la única unidad de energía hasta todo el complejo cósmico universal, basta, además, reflexionar sobre el comportamiento de las unidades mismas y sobre sus acciones y observar cómo actúan. Tienen su propio campo de protección inviolable.
La primera definición de gravedad dada por el hombre fue, de hecho, una simple observación: "Objetos que caen", hasta que Isaac Newton teorizó que la gravedad consiste en "Una masa que atrae a todas las demás masas" y especificó que una masa, al unirse a una mayor masa, aumenta la fuerza de atracción en esta.
Pero después de tres siglos, esta teoría fue desafiada sensacionalmente por Albert Einstein quien, en esencia, postuló que lo que Newton consideraba atracción gravitacional es, en cambio, fuerza libre que se mueve en un espacio curvo. De hecho, la teoría de Einstein establece que *Una masa provoca la curvatura del espacio. Otras masas se mueven en este espacio curvo":
Esta teoría nos da la imagen del comportamiento de las masas que se disponen en la periferia de un sistema asociativo pero no explica cómo se manifiesta la fuerza libre del movimiento en el espacio curvo de las masas nucleares; no tiene en cuenta las partículas elementales cuyas propiedades, como he tratado de explicar, son la temperatura y el color; ignora las influencias mecánicas y el comportamiento de los átomos y la fuerza magnética que preside la cohesión de los exponentes.
3) Weber en sus cuidadosos experimentos estaba convencido de que no es posible una separación real para obtener una división del magnetismo en sus dos polos.
Reduciendo un imán, comprobó que los dos polos se formaban siempre en las partes divididas y, por tanto, creía que el magnetismo no era más que un fenómeno eléctrico constante atribuible a la materia.
Incluso antes, Ampère declaró que no existe una diferencia esencial entre el magnetismo y una corriente eléctrica y que nunca se había revelado el magnetismo libre. Por lo tanto, creyó necesario declarar que los imanes elementales de Weber eran en realidad sólo pequeñas corrientes eléctricas.
Este abstruso problema físico, examinado en ese sentido, formó la convicción de que el magnetismo y la electricidad no eran más que una sola realidad física existente en la materia, con este principio erróneo, los estudiosos de los dos fenómenos aceptaron como verdadero el pensamiento de Weber y el de Ampère y la ciencia moderna continúan todavía en este error al confundir los dos fenómenos, que son bastante diferentes, aunque uno sea consecuencia del otro y viceversa.
Esta interpretación errónea no ha permitido a la ciencia oficial profundizar en los orígenes formativos de los dos fenómenos y por lo tanto se ha llegado a encontrar en la lógica imposibilidad de comprender cabalmente los fenómenos eléctrico y magnético vistos como dos manifestaciones diferentes, provenientes de una sola fuerza espiritual ( o psíquica) que fluye ahora verticalmente convirtiéndose en magnético, ahora horizontalmente convirtiéndose en corriente eléctrica.
Al querer continuar en un error de principio, es entonces difícil recuperar el conocimiento correcto de otros fenómenos secundarios derivados de otros fundamentales: por lo tanto, al reexaminar estos dos problemas por separado, para comprenderlos bien es necesario que nuestra mente no parta de preconceptos sino que busca la verdad física en una nueva investigación, desligándolos decididamente, aunque ambos, como ya he dicho, son consecuencia del otro.
Por magnetismo exponencial entendemos definir esa forma de cohesión que une los "exponentes", permitiendo la formación de materia.
La atracción que cada Exponente ejerce sobre otros u otro Exponente está determinada por la presencia de líneas de fuerza centrípeta insertadas en cada exponente recién creado, y estas líneas de fuerza centrípeta se deben exclusivamente a la circulación de las fuerzas espirituales del "*tiempo" que , como hemos podido observar, promueven una fuerza centrípeta que revela caracteres magnéticos.
Este orden de líneas tiene lugar en el plano vertical a diferencia de las líneas eléctricas y centrífugas que tienen lugar en un orden horizontal izquierdo y derecho.
En cada exponente se forman dos corrientes que divergen del centro hacia la izquierda o hacia la derecha, que se desahogan en la dirección de los dos polos convencionales, concretando verticalmente las mismas líneas de fuerza que antes se manifestaban como corriente centrífuga; habiendo llegado a los polos, se convierten en líneas que convergen hacia el centro ideal del Exponente elemental.
Las líneas convergentes son centrípetas con caracteres magnéticos.
Ahora bien, debemos considerar que los exponentes elementales no tienen todos el mismo orden direccional de revolución, cada orden y grado tiene sus propios exponentes los cuales rotarán constantemente en esa misma dirección a lo largo de su existencia.
Esta característica ha significado que cuando el polo magnético superior se encuentra con un polo magnético inferior, las dos corrientes neutrónicas se absorben y se unen recíprocamente debido al acercamiento de los dos campos; si, por el contrario, dos exponentes con polos iguales en el mismo eje de influencia se encuentran en oposición, se repelen espontáneamente.
Debido a estas características divisorias se generó la “fuerza del aislamiento espacial” y se crea la bipolaridad orgánica y la polaridad atómica en los cuerpos físicos.
Para presenciar un simple experimento de las fuerzas de atracción de los cuerpos, bastará con observar el comportamiento de dos trozos de madera colocados para flotar en un nivel de agua estancada: estos dos flotadores, si no están demasiado lejos el uno del otro, desarrollaran líneas de fuerza de atracción que los obliguen a unirse . Este sencillo experimento es suficiente para demostrar que los cuerpos sólidos desarrollan a su alrededor continuas emisiones de fuerzas de atracción que rara vez son identificables; las mismas fuerzas de simpatía y antipatía que se desarrollan en los seres vivos.
En este último caso el fenómeno se definirá como una manifestación psíquica del magnetismo animal (muy poco estudiado, además, por la ciencia oficial) regido por la posición angular del espacio.
LAS LÍNEAS DE FUERZA CENTRIPETA ES MAS FUERTE CUANTO MENOR ES EL NÚMERO DE EXPONENTES UNIDOS, Y CON EL PROGRESAR DE ELLOS LA FUERZA DE ATRACCIÓN DISMINUYE , A MAYOR MASA MENOR ATRACCIÓN:
Lo más importante de aclarar no es tanto la existencia de la fuerza de atracción de los cuerpos como la definición de la naturaleza de estas líneas de fuerza concentradas en todos los Exponentes de la creación.
Como primer argumento hay que reconocer que las fuerzas centrípetas se deben exclusivamente a la energía del "tiempo" y no del "espacio"; incluso si tienen un desarrollo continuo en el mismo. Queriendo esclarecer el origen de estas líneas de fuerza en un sentido filosófico, habría que decir que especifican el punto de partida de la Creación.
El punto ideal de la creación física está representado por la concentración de todas las líneas de fuerza del hiperespacio en las que todos los órdenes direccionales pueden estar contenidos en todos los grados longitudinales y latitudinales, todos enfocados en un solo punto llamado "punto creativo" o "Idea creativa".
Estas líneas espirituales de fuerza no pueden fusionarse en un todo estático, porque todas son opuestas en el sentido de la dirección; por tanto son explosiones de orden direccional lanzados al espacio. Las dos fuerzas espirituales de las Órdenes nacieron de la concentración y dilatación , que se alternan en mínimos momentos de tiempo.
Estas dos fuerzas, cuando están concentradas, son centrípetas y absorbentes, es decir, magnéticas, mientras que son centrífugas cuando se expanden, y en este caso asumen características de traslación denominadas "características eléctricas divergentes".
Cuando los órdenes direccionales de la esfera interespacial se concentran todos en un solo punto, en ese mismo punto y en ese mismo instante se genera la primera chispa de luz por la detención de las velocidades de las líneas espirituales de fuerza y para la concentración estática en un único punto de los órdenes direccionales del espacio.
Cada Exponente entra al "tiempo" en ese preciso instante en que nace y desde ese momento las fuerzas integrales del "tiempo" se insertan en su íntima estructura física de manera indeleble y eterna, grabando su carácter magnético y absorbente y en definitiva, el acto de nacimiento que se afecta como poder sobre la creación térmica y física.
4) Limitando ahora nuestra atención a la masa en la que vivimos, la tierra, recordemos que está rodeada por la atmósfera. Esta es una masa de aire que lo envuelve y que con la misma rueda participa en todos sus movimientos en el espacio exterior. Tiene una altura de más de 200 km. pero las capas de aire que lo componen se vuelven más raras a medida que aumenta la altura desde el nivel del mar: y esto mientras varía su composición.
Desde un punto de vista biológico, el aire es una mezcla de gases que respiramos 20,90% oxígeno: 70,18% nitrógeno; 0,94% de argón en volumen, indispensable para nuestra vida al menos en la proporción de 15% de oxígeno. Pero en el aire también hay dióxido de carbono, vapor de agua, ozono, trazas de hidrógeno, helio, criptón, xenón y, en la parte más baja y especialmente en los centros habitados e industriales, también amoníaco, nitratos, sulfuro de hidrógeno, ácido sulfúrico y polvo atmosférico ya que son las capas de aire que componen la atmósfera.
El polvo atmosférico es un complejo de corpúsculos que se hacen visibles en la trayectoria de los rayos de luz de un haz de luz solar que penetra en un ambiente oscuro a través de un agujero o hendidura formada por partículas extremadamente pequeñas de sustancias orgánicas y minerales. En las ciudades industriales el polvo es enorme. Se calcula que el polvo suspendido en la atmósfera sobre la ciudad de Milán pesa a razón de más de: 18 centígrados por cada metro cúbico de aire y que por tanto todo el material suspendido y volando sobre toda la ciudad alcanza el peso de varias toneladas.
Lo que se dice del aire se refiere a una zona de la atmósfera con una altura de 11 km. llamada troposfera cuya masa constituye las tres cuartas partes de la masa total de la atmósfera y es el teatro de los fenómenos meteorológicos ordinarios. Más arriba, en base a observaciones directas realizadas con globos, fenómenos lumínicos detectados, ascensos directos (Piccard hasta 16 km.; estudio de americanos a más de 21 km.),
se cree que la temperatura va disminuyendo con la altura y que los gases ordenarse de acuerdo a su densidad. En esta región llamada estratostera (entre 11 y 80 km de altura) y en la ionosfera (más de 80 km) habría, en la mezcla de gases atmosféricos, composiciones de nitrógeno, oxígeno e hidrógeno, pero ya a 100 km. alto el aire estaría compuesto casi exclusivamente de hidrógeno; con pequeñas cantidades de helio en estado de extrema rarefacción.
El aire puro, como todos los cuerpos tiene un peso, un litro de aire puro, a cero grados ya 760 mm. de presión, pesa gr. 1,2928, es decir 773 veces menos que el agua, según los cálculos de Galileo y Torricelli. La presión atmosférica es la acción del peso que ejerce el aire sobre los cuerpos. Esta acción se destaca con el barómetro. Esta presión equivale, a nivel del mar, al peso de una columna de mercurio de 76 cm de altura por cada cm. 2 de superficie, o al peso de una columna de agua m. 10.33.
Hidrógeno (H), llamado así desde
Lavoisier porque al arder en el aire genera agua, es el elemento más ligero y más extendido del universo. Su peso atómico es por tanto igual a 1, y constituye la unidad de medida para determinar el peso atómico de los demás elementos.
El núcleo del átomo de hidrógeno se compone entonces de un solo protón, con una masa aproximadamente igual a la masa de un solo protón o un solo neutrón que constituye el núcleo de los otros elementos y, de hecho, el número total de protones y neutrones en el núcleo de un elemento que determina el peso atómico del elemento en sí.
También para establecer el peso de las moléculas.
de un cuerpo debemos referirnos al peso de un átomo de hidrógeno, o mejor, a la decimosexta parte del peso de un átomo de oxígeno.
En el polvo atmosférico están por tanto presentes, en cantidades ingentes, partículas de sustancias orgánicas y minerales, todas con su peso, tanto errantes en estado libre como combinadas con otros elementos, como, por ejemplo, el carbono (C) un átomo atómico con peso de 12; que es el principal componente de todas las sustancias orgánicas y que en la atmósfera se encuentra en estado de dióxido de carbono: o silicio (Si), con un peso atómico de 28,3, también metaloide de la familia del carbono, que forma parte de muchos compuestos naturales; o el hierro (Fe) de peso atómico 55,84 que se encuentra en estado bicarbonato y también en combinación con oxígeno y azufre. De un mismo elemento pueden existir diferentes variantes (isótopos) caracterizadas por diferente número de neutrones (por lo tanto de diferente peso atómico), mientras que el número de protones es constante para todos los isótopos de un mismo elemento y determina sus características químicas.
Dado que el protón es una partícula eléctricamente positiva, mientras que el neutrón es (como sugiere su nombre) eléctricamente neutro, el núcleo de un elemento tiene una carga positiva igual al número de protones (número atómico) multiplicado por la carga elemental del protón. Los protones y neutrones del núcleo están íntimamente ligados entre sí por las llamadas "fuerzas nucleares" ligadas a la existencia en el núcleo de un tercer tipo de partículas, los mesones, de masa despreciable .
Alrededor del núcleo positivo, como los planetas giran alrededor del sol -como dijimos- los electrones negativos, de masa muy pequeña: la carga de cada electrón es igual en valor a la carga positiva del protón, de modo que para los átomos neutros (no ionizado): el número de electrones es igual al número de protones en el núcleo, por lo tanto al número atómico del electrón.
El conjunto de trayectorias de los electrones constituye la corona: hay electrones internos que viajan por trayectorias muy próximas al núcleo, electrones externos que giran relativamente más lejos: el comportamiento del átomo frente a los rayos X está ligado a los primeros, estos últimos lejos dependen más específicamente de propiedades químicas y espectrográficas, coeficiente de expansión, conductividad térmica y eléctrica, propiedades magnéticas y no atómicas (compresibilidad
dureza, etc..)
La importancia de los electrones más externos
se debe al hecho de que su vínculo con el núcleo es bastante débil, y por lo tanto no pueden ser arrancados de su órbita con ninguna facilidad.
El núcleo de los átomos es generalmente muy estable también porque está defendido de influencias externas por la corona de electrones: para superar esta zona cargada eléctricamente es necesario utilizar proyectiles neutros (por ejemplo, los propios neutrones liberados por otros núcleos particularmente adecuados) o proyectiles lo suficientemente rápidos para vencer los intensos campos eléctricos de la corona (por ejemplo, electrones, o más bien protones proyectados por los llamados aceleradores de iones).
Llegando al núcleo con estas partículas se puede romper, obteniendo dos o más elementos diferentes. Este fenómeno, llamado "fisión nuclear", suele ir acompañado del desarrollo de energía nuclear en forma de radiación de ondas electromagnéticas, o proyecciones violentas de partículas pesadas, generalmente heliones. Las reacciones nucleares con desarrollo de energía pueden ocurrir espontáneamente en algunos átomos particularmente inestables o en isótopos inestables de elementos normales.
Algunos físicos han admitido una identidad entre los corpúsculos electrificados y las ondas electromagnéticas y han hablado de electrones que se mueven en un espacio de 6 o más dimensiones, y de electrones que tienen energía cinética negativa.
He recopilado todos los datos anteriores, aunque prolijamente descritos y en parte ahora de conocimiento común, para ilustrar mejor mi idea sobre la posibilidad de explotar el equilibrio y la simetría de la naturaleza cósmica sin violar ninguna ley física, valiéndome también de experiencia experimental de los resultados alcanzados en campo nuclear por la física moderna, con el fin de crear; sin perjuicio para la humanidad la energía necesaria para sus necesidades actuales.
Por tanto, excluyendo a priori cualquier sistema que suponga, con reacciones nucleares en cadena, daños incalculables para la humanidad presente y futura, especialmente en lo que se refiere a los efectos de la radiactividad, he tratado de encontrar la solución, tanto para evitar el bombardeo directo del núcleo como para evitar , para alcanzarlo, la superación de las fuertes barreras protectoras constituidas por los intensos campos eléctricos de la corona atómica.
El principal problema que me planteé fue, pues, el de desatar el átomo, obviamente teniendo en cuenta que todo lo que une firmemente la materia es el poder magnético centrípeto.
Por lo tanto, este resultado solo puede lograrse a condición de poder cancelar la fuerza de gravedad y el aislamiento espacial de los exponentes que provocan la desintegración de la unidad de energía contenida en ellos y, para lograr esto, es necesario crear la desorientación de los órdenes directivos exponenciales.
Primero hay que tener disponible la materia prima, es decir, las partículas sobre las que se puede ejercer una acción antigravedad (es decir, anular su peso atómico) transformando así la propia materia, de regular o positiva a irregular o negativa (impropiamente llamada por alguien también "antimateria") y no importa si dichas partículas pertenecen a uno u otro elemento. Como se señaló anteriormente, estos existen en cantidades enormes en el polvo atmosférico, por lo que no es difícil aislar una cierta cantidad en un recipiente adecuado.
En cambio, será necesario que el propio contenedor tenga una forma casi esférica, en cuyo centro perfecto, una máquina antigravedad especial pueda actuar de tal manera que calibre el punto microscópico de gravedad cero en relación con el peso atómico del elemento elegido.
El contenedor constituido por un campo gravitacional y un campo magnético cuyas líneas se desarrollan en dirección vertical y, evidentemente, divergen del punto "cero" hacia los polos norte y sur de la esfera) y nuevamente por un campo eléctrico cuyas líneas se desarrollan en el plano horizontal de forma convergente con el punto de divergencia de las líneas de los otros dos campos. Es decir al contrario, esencialmente, de lo que sucede en los movimientos rítmicos normales de los exponentes.
El ligero remolino de las partículas contenidas dentro de los campos, en el período de estasis del campo eléctrico, hace que algunas partículas sean atraídas al punto de gravedad cero, deteniendo instantáneamente su movimiento y expulsando la energía elemental contenida en ellas.
En este punto, habiendo privado a esas partículas de su carga eléctrica, hemos obtenido MATERIA NEGATIVA (que es diferente en sus propiedades atómicas como ya se ha dicho de la antimateria deseada por Lawrence.
Calibrando adecuadamente el punto de gravedad cero, como ya hemos visto, podemos maniobrar la materia positiva para transformarla en materia negativa pero no seríamos capaces de empujar la materia negativa fuera del punto de gravedad cero porque tendería a volver al punto.
Esta observación demuestra que la materia negativa, cuando es estimulada, produce y manifiesta energía negativa que puede usarse como fuerza antigravitacional .
Es en virtud de esta energía negativa que las partículas de materia negativa se cohesionan entre sí y atraen hacia sí otros átomos de materia negativa mientras repelen los de cualquier otra materia regular. Un campo gravitatorio negativo, es decir, formado por energía negativa emitida por materia negativa, puede por tanto utilizarse como propulsión gravitatoria.
Sin embargo, se ha observado que, para que la materia negativa produzca su energía, es necesario solicitar su movimiento de traslación dentro de la esfera generadora a partir del punto de gravedad cero.
El extraordinario poder de penetración de los neutrones es bien conocido y por tanto es imaginable qué fuerza de propulsión gravitatoria podría emitir la materia negativa que explicaría la reacción del sistema ideado.
Pero la producción de materia negativa debe estar inteligentemente dosificada cuando vamos a poner en funcionamiento nuestro reactor.
Por tanto, será necesario respetar los tiempos corrientes entre la calibración del punto de gravedad cero de la máquina generadora y la puesta en funcionamiento del campo eléctrico que suministrará a la materia negativa el empuje necesario para su movimiento.
El violento choque eléctrico ejercido sobre la materia negativa creará un movimiento subatómico por el cual las partículas proyectadas serán inducidas a seguir las líneas verticales divergentes de los campos magnético y gravitacional.
Los átomos de materia negativa atraerán a otros átomos de materia negativa que contribuirán, en fila india, con su carga de energía negativa a aumentar su empuje y por tanto la velocidad de la reacción hasta encontrar la salida de la máquina generadora, compuesta de un conducto horizontal que dirigirá el haz de partículas así acelerado hacia el objetivo deseado, en línea recta, a la velocidad de la luz y a una distancia proporcionada a la potencia y calidad del impulso eléctrico adoptado.
De no ser así, el reactor se autodestruiría por saturación ya que la reacción entre materia regular y materia negativa sólo puede agotarse por impacto contra un blanco compuesto por su propio elemento o por saturación. De hecho, el haz atravesará, sin daño alguno, cualquier objeto o materia que encuentre en su camino a cuya composición no haya contribuido su propio elemento.
El impacto del rayo contra el blanco programado podría provocar la fusión o vaporización del material golpeado debido al calor desarrollado. Sin embargo, la cantidad de calor que se puede desarrollar es ajustable limitando el poder de la energía negativa controlando su producción.
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